Perth y The Spanish Traveler
Manu nos cuenta su experiencia en la ciudad más aislada del mundo. También visitará la isla Rottnest, donde se encuentran los simpáticos Quockkas, los Mickey Mouse Kangaroos.
Perth es la capital de Australia Occidental, se ubica en la intersección del río Swan con la costa suroeste. Playas de arena bordean sus suburbios, y el enorme parque Kings Park junto al río y el Jardín Botánico en el Monte Eliza ofrecen vistas panorámicas de la ciudad. El área metropolitana se encuentra entre el océano Índico y una baja escarpadura costera conocida como Montes Darling y abarca a más de 300 localidades como Fremanthe, Bayswater, Canning, Stirling, Claremont, Victoria Park, Armadale, Two Rocks y Yanchep.
Perth es una ciudad que tiene una vibra súper relajada, casi como si estuvieras de vacaciones todo el tiempo. Está en la costa oeste de Australia, lejos del ajetreo de Sídney o Melbourne, pero con un encanto muy especial. Lo primero que notas es que tiene unas playas alucinantes, como Cottesloe o Scarborough. El agua es azul cristalino, y siempre hay alguien surfeando o simplemente disfrutando del sol.
El clima es una maravilla, con un montón de días soleados al año, así que es perfecta para actividades al aire libre. Kings Park, por ejemplo, es un parque enorme en el centro, y desde ahí tienes unas vistas impresionantes del skyline de la ciudad y el río Swan. Es el lugar ideal para un picnic o para hacer una caminata tranquila.
La gente en Perth es muy amable y tranquila. No es una ciudad que te agobie, todo va a un ritmo más pausado. Eso sí, hay una movida cultural interesante, especialmente en barrios como Fremantle, que está lleno de cafés, cervecerías artesanales y mercados. Es como el sitio perfecto para un brunch o para pasear entre tiendas locales.
Y hablando de comida, hay de todo. Desde mariscos fresquísimos (¡los cangrejos de río son una delicia!) hasta una escena de comida asiática brutal, y paellas con chorizo.
Por la noche, Northbridge es el lugar para ir si te gusta la vida nocturna. Hay bares, clubes y hasta rooftops con vistas geniales. Pero si prefieres algo más tranquilo, siempre puedes darte un paseo por Elizabeth Quay y disfrutar de la brisa del río.
Lo único “curioso” de Perth es que está bastante aislada. De hecho, dicen que es una de las ciudades más remotas del mundo. Pero, sinceramente, no lo sientes porque tiene todo lo que necesitas: playas, buen clima, comida rica y gente buena onda. Es una joya escondida, perfecta para desconectar.
Rottnest Island
¡Rottnest Island es una pasada! Es como un paraíso escondido a solo un ferry de distancia de Perth. La isla es pequeñita, sin coches, así que la mayoría de la gente la recorre en bici. Es súper relajante, con playas de arena blanca y agua turquesa que parece sacada de una postal. Si te gusta hacer snorkel, hay un montón de arrecifes donde puedes ver peces de colores, ¡y hasta naufragios!
Pero lo mejor de todo, y lo que hace famosa a Rottnest, son los quokkas. Esos bichitos son una ternura absoluta. Son como canguros en miniatura, siempre con una carita sonriente que te derrite. De hecho, les dicen “los animales más felices del mundo”, ¡y con razón! Son súper curiosos y no tienen miedo de acercarse a los humanos, así que es casi seguro que podrás sacarte un selfie con uno. Eso sí, está prohibido tocarlos o darles de comer, pero ellos solos se encargan de posar como estrellas.
La isla tiene un rollo muy chill. Hay cafés donde puedes sentarte a tomar algo después de un día explorando, y la puesta de sol desde lugares como Pinky Beach o Wadjemup Lighthouse es mágica.
Eso sí, prepárate porque los quokkas pueden ser un poco traviesos. Si dejas tu mochila abierta, es probable que intenten meterse a curiosear. ¡Son unos personajes totales! Rottnest es de esos lugares que tienes que visitar al menos una vez en la vida, porque te deja con una sonrisa de oreja a oreja.
